jueves, 29 de marzo de 2012

El testigo bueno * José Antonio Parisi



El testigo bueno. Ediciones Andrómeda (2011), Argentina

El Testigo Bueno —Ediciones Andrómeda, Buenos Aries, 2011— contiene ocho cuentos en los que determinados hechos promueven el despertar de ciertas emociones humanas, y sus consecuencias.
Sergio Gaut vel Hartman en su prólogo dice que son ocho cuentos orientados a desentrañar el lado oscuro de las cosas. Ocho cuentos dramáticos, con escasa inclinación a la pirueta lúdica. Lo nebuloso, lo tétrico, la cruda ironía, usadas con calidad paradójica, irrumpen en las historias de hombres que deben decidir, adecuar sus conductas o resignarse ante situaciones imprevistas que llegan para cambiar sus vidas. El interés del autor apunta a analizar la ética humana, ya que por ejemplo, la avaricia es el tema de “Hasta el último día”, y que “Monte de duraznos” es un cuento sobre la codicia. El odio, la violencia, el egoísmo y la desesperación sobrevuelan los demás relatos. En el que da título al libro, “El testigo bueno”, un hombre se abisma ante la inminente pérdida del empleo y se ve envuelto en una serie de incidentes y peripecias que lo exceden. Algo similar, aunque por razones diferentes, ocurre en “Caja de bombones”, donde un hombre sencillo y honesto se involucra en sucesos que nada tienen que ver con su carácter. Levemente distinto, es el caso de “Un buen pub”, un cuento acerca de un hacker chiflado que decide enfrentar el avance de la tecnología puesta al servicio del control del hombre. En “La muerte en el desván”, se aborda el tema de la violencia de género; en “Bolsillos” el autor reflexiona sobre el dinero y los afectos de un modo lúcido y certero; y en “Dueño de la ventanilla”, tal vez el cuento más cercano al fantástico de todo el libro, Parisi se vale de un recurso habitual del género para narrar una historia de miserias y desgracias.

José Antonio Parisi

Nací en Buenos Aires, más precisamente en Boedo —“barrio de malvón y luna”—, en los umbrales de la primavera del ´49.
Me dediqué de lleno a las letras poco después de mis cincuenta años. Mi cuento Dudosa Naturaleza fue premiado por la Fundación Victoria Ocampo en el año 2008. En 2011, Ediciones Andrómeda publicó mi libro "El Testigo Bueno". Otros cuentos míos publicados en los blogs Breves No Tan Breves, Químicamente Impuro y Ráfagas y Parpadeos.

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